Nadie duda de la importancia del Municipio en la acción local, no solo como prestador de servicios, inversión y en gran medida articulador de la gestión e impacto en la calidad y cobertura de los servicios traspasados de salud y educación ejercidos a través de la corporación municipal respectiva, como también del deporte, cultura, entre otros, además como contraparte de diferentes programas que el Estado de Chile ofrece, no solo de tipo social, también de género, niñez, adultos mayores por nombrar algunos, igualmente en lo productivo a través de las instituciones como INDAP, Sercotec, Corfo, Gobierno Regional.
Por ello la gestión es un asunto clave para que el impacto en la ciudadanía se sienta, se palpe, acción que debe ir acompañada del buen trato, participación y transparencia en todos los procesos de toma de decisiones.
Entonces de este sumo de responsabilidades se debe dar cuenta para que haya una evaluación ciudadana.
Si bien las leyes y normas que dispone el Estado enmarcan esta acción, esto debe ir acompañada del buen tino, participación y la correspondiente evaluación ciudadana y técnica. Entonces qué debe hacer una administración entrante como primera medida, sin duda y dada la complejidad de la acción municipal son auditorías, financieras, de recursos humanos y también de infraestructura entre otras, con ello habrá una idea cabal de lo que se recibe y se tendrá una línea de base para proyectar las tareas comprometidas en el programa de administración comunal ofrecida a la ciudadanía.
Solo a partir de aquí se podrán establecer las brechas entre lo que se dispone y lo necesario para cumplir las promesas de campaña y para que la ciudadanía, que es la que elige y la que manda en definitiva, evalúe una administración.
En términos prácticos por ejemplo, cuando no hay absoluta transparencia entre causa y efecto de las decisiones del ejecutivo comunal, malas decisiones comprometen o afectan el patrimonio que ha sido puesto temporalmente por fe pública a un ciudadano y su equipo.
Al respecto nadie duda que una mala decisión de la administración saliente fueron los despidos, aún no es de conocimiento público cual es el monto efectivo que se comprometió por despidos injustificados o realizados deficientemente y que lesionaron brutalmente los fondos públicos municipales. Se hablan de distintas cifras, pero no de la cifra exacta, como debiera ser.
Por ello las auditorías son un instrumento clave para conocer el estado del municipio que se recibe, que se transparente a la ciudadanía y que sea de todos y todas conocidas.
Estas auditorías deben incorporar a los servicios traspasados de salud y educación por el impacto que tienen en la comunidad.
Ello es además necesario para cautelar la honra de las personas y ciudadanos que participan, no solo de las decisiones sino también de la administración pública como de los que participan de la ejecución de los mismos.
Junto con determinar esta línea de base otros desafíos para la nueva administración será sin duda la implementación de mecanismos de evaluación de las políticas o acción pública que se implementen a futuro y que sin duda debe contener la participación ciudadana ya que es ella y solo ella, la ciudadanía la única mandante y que cada vez más exige participación, eficiencia, transparencia y evaluación.
