Lo primero que deseo expresar es mi más profunda consternación por la muerte del joven que terminó ultimado. No resulta comprensible, bajo ningún punto de vista, que un control de identidad, más allá de cómo se desencadenaron los hechos, termine en una muerte violenta, en plena vía pública, y será la justicia la encargada de aclarar este gravísimo hecho, en el que se ha visto involucrado un carabinero.
Sobre los sucesos posteriores, incluido el incendio de la Municipalidad y los edificios públicos, lo único que puedo expresar, es que rechazo todos los actos de violencia, partiendo por el grave episodio en el que perdió la vida un joven. En este momento, se ha instalado un evidente temor y desesperanza en nuestra comunidad, lo que nos obliga, no sólo a reflexionar, sino a actuar seria y responsablemente, para restituir la paz.
Las razones que hayan tenido los manifestantes para quemar el municipio y los edificios públicos, que bajo ningún punto de vista, justificamos ni comprendemos, irán, probablemente, conociéndose con el correr de las horas.
El profundo dolor e impotencia que nos embarga a todos los Panguipullenses, primero, por el violento episodio registrado a media tarde y en pleno centro, y posteriormente, por tener que ser testigos de cómo incendiaban la municipalidad y los edificios públicos, es demasiado apocalíptico para comprenderlo todavía en toda su magnitud.
Evidentemente, nos vimos sobrepasados, evidentemente, lo ocurrido a raíz de un procedimiento policial que debía ser de rutina y terminó en una desgraciada tragedia, generó una profunda indignación ciudadana. Pero también es evidente, que no todos los manifestantes, eran nuestros vecinos. Queda más o menos claro, que aparecieron personas en el tumulto, que algún grado de preparación tenían en este tipo de acciones y por la rapidez con que el fuego arrasó con los inmuebles públicos, no sería iluso pensar que se utilizaron acelerantes, situación que deberá determinar la investigación que realizará bomberos.
La profunda rabia que se observa y que, en este caso, tuvo su detonante en un procedimiento policial que terminó en tragedia, desgraciadamente tiene a Panguipulli en el foco de la fatalidad y pese a que nuestra comunidad siempre es fraterna y acogedora, no teniendo ninguna responsabilidad en lo que ha sucedido, no podemos soslayar que lo ocurrido es algo de lo que todos tenemos que hacernos cargo como sociedad.
Los graves problemas que enfrentaremos de aquí para adelante como comuna, nos obligan a actuar con generosidad, con humildad, pero también con decisión para volver a ponernos de pie.
