Columna de opinión: Si leemos nos salvamos

Hoy, acudimos a una crisis sin precedentes en el interés por leer. Esto, es algo global, y como estamos híper conectados, Panguipulli no escapa a esta Pandemia de la NO LECTURA. De hecho, en escuelas y liceos, muchas veces, a los niños y niñas, cuando cometen una falta, los envían castigados a la Biblioteca. Si viéramos el vaso medio lleno, esto sería una bendición si estos espacios de convergencia social, tuvieran una mejor valoración. Este es un trabajo de largo plazo, y no existe el momento perfecto para comenzar levantar las banderas del fomento lector.

Hoy tenemos Bibliotecas maravillosas, con libros y colecciones nunca antes visto y de fácil y gratuito acceso para las personas.

Entonces cabe preguntarse, ¿Dónde hemos fallado?

¿Será que si las bibliotecas no se reinventan, desaparecerán en un futuro cercano y con ello los libros?

LEER Y COMER PAN ES LO MISMO.

La lectura es una herramienta básica y fundamental no solo en la educación formal, sino durante toda la vida. Nos permite entender el mundo que nos rodea y vincularnos con él como individuos responsables de nuestras decisiones y autónomos en nuestra manera de pensar y de actuar. También nos abre las puertas a nuevos horizontes que amplían nuestros conocimientos y experiencia, ayudándonos en nuestro desarrollo y crecimiento personal.

Leer es una de esas actividades que se realizan durante toda la vida. Para estudiar una carrera, formarse en un área determinada, adquirir una nueva habilidad, leer las señales de tránsito, informarse sobre lo que ocurre en el mundo o simplemente aprovechar un momento de entretenimiento: leemos prácticamente a lo largo de todo el día.

Sin embargo, el avance de la Tecnología ha comenzado poco a poco a cambiar la forma en que leemos y cómo realizamos esta actividad. Su presencia en prácticamente todos los ámbitos de la vida cotidiana ha llevado a la lectura cada vez más cerca de las pantallas y lejos del papel, pero a la vez, ha facilitado la posibilidad de leer a lo largo de todo el día.

EL LIBRO, VIVA EL LIBRO.

El libro es letra muerta si no hay alguien que le dé vida. Y ese alguien, un mediador de la lectura, un docente, un(a) bibliotecario, la madre o padre de familia, un cuentacuentos, asume la responsabilidad de entregar lo mejor de lo mejor. Su propósito es formar lectores competentes, por un lado, capaces de gozar con la obra y por otro, capaces de dialogar críticamente con ésta (obra). “El libro debe movilizar en todo sentido al lector, en su intelecto, en sus emociones, en su espíritu, en su cuerpo. Debe conmoverlo, debe dejar una huella en él/ella. Y eso se consigue brindando obras de alta calidad literaria y estética” (Geneviéve Patte, Bibliotecaria francesa y animadora de la lectura)

UN CAMINO LECTOR

Muchos dirán ya es tarde para fomentar la lectura y el amor por los libros. Las excusas se multiplican cuando hay desidia, pero lo claro es que necesitamos, aunque no nos guste, la lectura, tan vital como beber agua o ingerir alimentos, y ello debe ser desde la primaria infancia…

¿Los padres, sabrán que existen libros para los niños en las Bibliotecas Públicas, desde los tres años de edad?

La pregunta es: ¿Por qué no lo saben?

Muy sencillo, no están obligados a saberlo, ya que para eso existen las instancias como las bibliotecas para fomentar dicha información.

Leer es un proceso que dura toda la vida. Comienza en el vientre materno y nunca termina.

ETAPAS DE LOS PRIMEROS LECTORES

PASO A PASO (Más de tres años).

Esta es la etapa de la alfabetización. Es fundamental ofrecer lecturas que despierten el interés por los LIBROS y el placer por la lectura. Libros sencillos pero atractivos.

PRIMEROS PASOS (Más de seis años).

Es la etapa en que se consolidan las habilidades lectoras. Es importante mostrar textos breves, de tipos y temas variados, que abran un camino hacia la lectura.

AFIRMANDO EL PASO (Más de nueve años).

Es la etapa donde prevalecen los intereses por sobre la habilidades. La oferta debe ser amplia y heterogénea con el fin de consolidar el hábito lector.

A PASO FIRME (Más de doce años).

Es la etapa en que se alcanza la autonomía lectora. Los jóvenes lectores eligen aquellas obras que reflejen sus vivencias, sus experiencias y sus inquietudes.

SI LEEMOS, NOS SALVAMOS.

MUÑOZO